El equilibrio ideal de bacterias beneficiosas y patógenas en el intestino es de aproximadamente 95% bacterias benéficas o neutras y 5% putrefactivas. Mantener esta proporción ideal es de lo que se trata cuando hablamos de optimizar la salud intestinal.
Antiguamente, la gente no tenía los mismos problemas con su salud intestinal como los que tenemos hoy en día, por el simple hecho de que consumían grandes cantidades de bacterias beneficiosas (probióticos) en su alimentación en forma de alimentos fermentados o cultivados; que se inventaron mucho antes de la aparición de la refrigeración y otras formas de conservación de alimentos.
Volver a recuperar esas costumbres ancestrales de fermentar los alimentos que vamos a comer es un proceso bastante sencillo, que le puede dar muchas satisfacciones y ahorrar dinero.
En nuestro blog, iremos publicando algunas técnicas sencillas para fermentar los principales alimentos que podemos usar en la vida cotidiana, y que ya puedes encontrar en nuestras webs amigas: http://www.microbiotica.es
http://www.nutribiota.net
Como muchas personas viven en una cultura sin tiempo para cocinar, mucho menos tiempo tendremos para preparar nuestros alimentos fermentados, lo fácil que es tomar complementos probióticos de farmacia o herbolario. EL PROBLEMA es que muchos de ellos no funcionan bien porque se ofrecen en formato de comprimidos, para lo cual han sido liofilizados y metidos en cápsulas a presión con temperaturas altas que deterioran a muchas de esas bacterias.
Por otro lado el modo de cultivar a una o varias especies de probióticos de laboratorio, para posteriormente envasarlos en cápsulas es muy artificial. Cuando llegan al estómago se mueren la mayoría si la cápsula no es entérica, preparada para soportar los jugos gástricos. Y aunque lleguen intactos al intestino delgado, allí deben de despertar descubrir dónde están y ponerse a trabajar. En la mayoría de los casos es en el colon donde tendrán que cumplir con su misión, con lo cual se van perdiendo por el camino hasta llegar a un lugar tan lejano. Sin embargo, cuando el CULTIVO DE PROBIÓTICOS ES NATURAL y ha sido producido en un medio líquido, mediante técnicas de fermentación tradicionales, pocos de estos inconvenientes sucede y el efecto terapéutico de su ingestión es mucho más evidente.
Finalmente, en el mercado hay muchas clases de probióticos a la venta. La mayoría de ellos tan solo contienen unas pocas cepas cultivadas en laboratorio y liofilizadas, comprimidas en cápsulas. Teniendo en cuenta que en nuestro intestino hay miles de familias de bacterias en sinfonía continua, añadir muchas bacterias de unas poquitas familias no mejora mucho el panorama. Los alimentos fermentados tradicionales tienen docenas de familias probióticas vivas y en armonía, cuando son introducidas en nuestro cuerpo. De igual manera, algunos productos probióticos líquidos a la venta, como los de MICROviver, contienen infinidad de bacterias vivas y en equilibrio, que permiten una mayor biodisponibilidad e integración en el complejo mundo de la microbiota intestinal.
Puedes ver dichas familias en cada ficha de producto.
ABRAZA TU MICROBIOTA!!!